Retro: Stunts




Uno de los juegos míticos de los tiempos dorados de las recreativas fue el Hard Drivin, que tenía entre sus principales atractivos el perder. Cuando te la pegabas el parabrisas escachaba por todos lados y se acababa la partida, nada de volcar el deportivo rojo y tirar a la rubia a la cuneta. Rotura y derrota. Fin. Caput. A meter otra moneda.

Pero no es ese el juego del que os voy a hablar, si no otro al que empecé a jugar porque tenía exactamente el mismo efecto (y mismas consecuencias) cuando te chocabas: el Stunts, juego de conducción donde los haya.

¿Por qué tan poca gente juega a ese pedazo juego llamado TrackMania Sunrise? Lo tenía todo: saltos espectaculares, circuitos memorables, loopings y demás detalles más propios de una montaña rusa que de una carretera... ¿Mala publicidad? ¡No! Fue por su temible rival: el Stunts, juego del año 90 que ofrecía lo mismo pero en freeware.

El Stunts es un juego de conducción con los mismos elementos de los que hablo en el párrafo anterior: loopings (frontales y laterales), pipes, curvas peraltadísimas y saltos al vacío. Es adictivo como pocos gracias a los piques (contra la máquina, ya que carece de modo multijugador).

Vamos a comenzar precisamente por los piques. Hay dos modos de juego, el primero es contrarreloj y el segundo es con adversario. El modo contrarreloj suele descartarse de entrada y todos nos dedicamos a escoger adversario en una lista de personajes estereotipados: el empollón, la pija, el viejo, el macarra y el cachitas chulo de playa. Parecían salir de cualquiera de las típicas pelis universitarias americanas para retarte en un duelo de conducción.

El mejor de todos ellos es sin duda el macarra, llamado Skid Vicious (en evidente homenaje a la música punk), que hace gala de una conducción más agresiva (es el único capaz de echarte de la carretera) y una chulería sin igual. En el gif animado podéis ver su gesto de derrota, pero tiene más gracia el de victoria, cuando se pone todo chulito un cigarro en la boca.

Vale, ya hemos escogido rival y hemos decidido patear el culo al tío de gafas de sol y chupa de cuero. Ahora nos queda escoger coche (el propio y el del rival), pero no suele haber duda. El Porsche March/Indy cubre todas las necesidades: es el más rápido (es rápido incluso cuando vas por la hierba... o más bien el suelo verde) y no es inmanejable en absoluto.


Así que por fin llegamos al momento de jugar. Tras un “abróchate el cinturón” que suena más ridículo en castellano que en inglés, arrancas y descubres un mundo poligonal (todo lo poligonal que un juego del año 90 puede ser) bastante detallado (todo lo detallado que puede ser un mundo poligonal del año 90) con casas y edificios, árboles, bares de carretera, molinos o incluso barcos. Y mientras te sorprendes de las capacidades gráficas ya te la has pegado, pero no importa: si ha sido un accidente gracioso puedes ver y guardar la replay.


La cantidad de circuitos, como en cualquier otro juego, es limitada, por lo que los programadores tuvieron otro gran acierto al añadir un editor. Cuando experimentamos por primera vez con él todos hacemos un circuito sencillo, un par de curvas, pistas de hielo o de barro, un par de saltos y listo. Y a medida que le vamos pillando el truco, nos dedicamos a hacer largos y laberínticos recorridos llenos de obstáculos y trampas urdidas con gran imaginación.

Aunque pegaría una paliza a todo aquel que se atreviese a insinuar que este juego es una bazofia, debo reconocer que tiene algunos detalles poco correctos. En primer lugar está el hecho de que la configuración de la tarjeta de sonido es imposible hoy en día (imagino que con dosbox esto no sería un problema) y me niego rotundamente a jugar con el PC-Speaker. Otro detalle mucho menor es que en cuanto te inclinas en una curva peraltada, el estático horizonte desaparece de pronto y no vuelve a aparecer hasta que vuelves a estar en una posición normal. Pero eso es uno de los típicos detalles que hacen que tengas más cariño a estos juegos.

Para la realización de este pequeño artículo he tenido (a parte de recordar el título del juego, que yo pensaba que era “Stunt Car Racing”) que descargar el juego y con ello he descubierto páginas de aficionados (que incluso hacen competiciones y reuniones) e incluso algún que otro foro. Incluso descubrí que había dos versiones: la de Broderbund y la de Mindscape que se titulaba 4D Sports Drivin (para que luego piense la gente que el concepto 4D era un invento de Sony).

Si quieres descargarlo, aquí están los enlaces a las distintas versiones.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Vaya juegazo, que recuerdos!
Lo mas gracioso era cuando se quedaba enganchado en bucle, por ejemplo, al chocar con el borde del loop. No era siempre que chocaba pero si bastante a menudo.