Cómo escribir un análisis

Con tan sólo echar un vistazo a mis análisis de videojuegos (el enlace "artículos destacados" existe) cualquiera con dos dedos de frente puede observar que no soy ningún maestro en la materia, por no decir que soy un manta. Pero al menos he leído un montón de reviews de videojuegos a lo largo de mi vida y es curioso cómo han pasado ya más de veinte años de prensa especializada y se siguen cometiendo los mismos errores. Por eso desde aquí quiero dar unos cuantos consejos prácticos por si tienes un blog o trabajas en uno de esos medios especializados y te toca hacer una crítica de un juego...

El primero de todos: no lo hagas, serás más feliz. El segundo: si aún así lo quieres hacer y resulta que te sale una review buena, regálanosla, que estamos necesitados de artículos estos días.

En primer lugar, antes de empezar con el meollo de la cuestión, debo señalar que puedo estar equivocado (y probablemente lo esté), o puede que me deje un montón de cosas importantes que contar. Por eso se admiten todos vuestros comentarios o mails al respecto (otra cosa es que les haga caso...).

1. Escribe una introducción molona.

Empecemos por algo fácil, una de esas cosas que caen de cajón. A nadie le gusta comenzar la lectura de un análisis por un “este juego es bueno porque...”, necesitamos un calentamiento previo, ir acelerando al comienzo de la recta en lugar de entrar ya en velocidad punta...

A la hora de escribir esta introducción primero tienes que plantearte qué enfoque le vas a dar: un análisis serio o en plan coña. A la hora de leer una review yo prefiero la segunda, puesto que estos textos tienden a ser largos y tediosos, por lo que reir de vez en cuando lo hace más llevadero.

En el caso de que te hayas decidido por hacerla seria comienza por hablar de qué va el juego, resumir en pocas frases el argumento, los objetivos finales y cuáles son los medios para lograrlos. No te extiendas demasiado, si una cosa es suficientemente interesante como para profundizar ya lo harás más adelante. Y, por supuesto, no cuentes ningún spoiler.

Si decides hacer un análisis humorístico en primer lugar no te debes amargar si al final no tiene gracia. Si alguien se ríe, cojonudo; si no, ya lo conseguirás la próxima vez. No te esfuerces en ser el más gracioso de la clase, porque a medio curso va a aparecer el niño nuevo en la ciudad que simulará pedos con el sobaco y se ganará a todos los chavales del colegio.

Si el artículo debe ser gracioso, la introducción lo debe ser mucho más, para hacer que la gente se enganche a la lectura. Por ejemplo (perdonadme si no os parece especialmente graciosa aunque, como ya dije, tampoco me voy a amargar si no os gusta), se podría empezar con un texto como el siguiente:

Dios dijo “Hágase la luz”. Y la luz se hizo. Entonces apareció el desarrollador y añadió “Utilicemos efectos HDR y Light Blooming para hacerla un millón de veces más brillante”. Y la luz se hizo tan brillante que se hicieron necesarias las gafas de sol para jugar a videojuegos.

2. Nada de comparaciones desmesuradas

Hacer comparaciones con otros juegos similares está muy bien: permite al lector basarse en algo conocido para hacerse una idea de lo que estás hablando y además fuerza la imagen de que eres un enteradillo y molón.

Pero todo tiene un límite. Por lo que más quieras, ¡no bases tu análisis en la comparación con otro juego! Hace meses leí en una de las revistas más prestigiosas del sector una review que ponía a parir el Tales of Legendia basándose tan sólo en que era peor que el Dragon Quest VIII. Independientemente de lo bueno o lo malo del juego en cuestión, no me parece ese un argumento muy válido para decidir que es un juego mediocre. Y encima el redactor añadía al final que no era una lucha justa porque ni siquiera era exactamente el mismo tipo de juego. Daba la impresión de que el tipo quería que perdiese cinco minutos de mi vida tontamente y no paró hasta conseguirlo.

3. Utiliza la nostalgia

Lo reconozco, es un truco efectista. Se trata de recurrir a la memoria colectiva para sacar al lector una sonrisita o una lagrimilla de emoción, especialmente cuando estás hablando de un juego clásico (como cuando nosotros publicamos un nuevo episodio de nuestra sección retro, el enlace “artículos destacados” existe).

Apela a cosas que, independientemente de lo frustrante o divertido que pudiera llegar a ser en su día, hoy todos recordamos con cariño. No tiene por qué ser del propio juego, puede ser algo más general. Haz un chiste de los tiempos de carga del Spectrum, de los ruidos del lector de la DreamCast o de cómo las PS1 acababan funcionando mejor en posición vertical que horizontal...

Ni siquiera tienes que ser muy ocurrente, nombra algo mítico del juego. Por ejemplo, si yo tuviera que hacer un análisis del Monkey Island, me las apañaría para añadir en alguna parte del texto las frases “Luchas como un ganadero.” y “Qué curioso, tú peleas como una vaca.”.



4. Comenta lo bueno y lo malo

Otra de las que caen de cajón. El objetivo principal del análisis es precisamente esto, hablar de qué tiene de bueno y malo el juego. Dedícale un párrafo o dos a cada cosa y si ves que te sale demasiado largo, elimina las cosas menos importantes. Ten en cuenta que puede que una persona (o por lo menos un ente) puede decidir si da una oportunidad al juego dependiendo de lo que digas, por lo que merece saber los puntos fuertes y débiles.

A veces, tras leer todo lo que has puesto sobre lo bueno y lo malo del juego, te parecerá que das la impresión de que el juego es mejor o peor de lo que realmente es. Eso me pasó a mí con mi review del Okami y tomé la decisión de añadir que todo lo bueno hace que lo malo tenga poca importancia (lo que, bajo mi punto de vista, es cierto).

5. Cuidadito con el numerajo

Imagina por un momento que vas a la revisión de un examen de la universidad. Resulta que el profesor no te tiene manía (de hecho no sabe ni quién eres, no has pisado sus clases ni por error), pero tampoco es el profesor enrollao. Te pones a leer la correción del examen y resulta que las anotaciones en rojo se propagan a lo largo de los cuatro folios, tachando párrafos enteros, señalando errores y con pequeñas observaciones en los márgenes que te parecen casi insultantes. Resulta que lo habías hecho tan mal que hasta habías escrito tu nombre con faltas de ortografía...

Pero el tío va y te da un siete. ¿¡Un siete!? ¡Ni en tus mejores sueños habías pensado siquiera aprobar, y resulta que te dan un puto notable! ¿Parece eso creíble? No. Eso no pasa ni en Humanidades...

Y sin embargo es algo a lo que estamos acostumbrados en los análisis de videojuegos. Es algo que pasa tanto en la muy criticada Hobby Consolas como en las más alabadas 1up o GameSpot. Te pasas un rato leyendo una crítica que pone a parir a un juego y luego van y lo aprueban. Si el juego es una mierda, es una mierda.

Yo de verdad que entiendo que cierto tipo de medios necesitan poner notas, y que además quieran mantener contentos a los distribuidores, pero yo no soy partidario de juzgar un juego por un número. Además, la gente suele ser vaga y pasa del análisis para ir directamente al numerajo, por lo que se saltan todas las críticas y no se hacen una idea real de cómo es el juego en cuestión. Así que si te ves obligado a poner nota, al menos hazlo bien (pero luego no me culpes si te echan del curro por ser demasiado cruel).

6. Escribe una conclusión

Para ir terminando, otra de las obvias. Escribe unas impresiones finales (no más de un párrafo o dos) para toda esa gente que es demasiado vaga para leer todo el artículo pero saben que no pueden juzgar el juego tan sólo por la nota (es decir, para gente como yo).

No seas demasiado benévolo. Por muy buenos que sean los gráficos, si el personaje se queda atascado en cada esquina (y encima a los desarrolladores se les ocurrió meterte en un laberinto más jodido de lo que a Dédalo se le pudiera llegar a ocurrir jamás, haciendo que no puedas dar más de tres pasos seguidos), el juego es malo. Por muy bonito y artístico que sea, si el juego es un peñazo (es inevitable que me acuerde del Shadow of the Colossus), el juego es un truño.

Tampoco seas demasiado cruel. Por muy cutres que sean los gráficos o muy infantil parezca el artwork (joer, con palabras como éstas parece que sé de lo que hablo y todo), si el juego es tan entretenido que no puedes parar de jugar ni para ir a mear, entonces se merece que hables bien de él.

En fin, con esto ya he cumplido mi cuota de artículo semanal para que no parezca que nunca actualizamos el pozcas (aunque realmente sea cierto)...