Review: Braid

Hace unas semanas apareció en Xbox Live Arcade un juego del que todo el mundo se puso a hablar. Un juego que probé y que se convirtió en mi primera adquisición en dicha plataforma (gracias kys).

Braid es un juego sobre lo que se ve y lo que no se ve, y como tal, tiene partes que se ven y partes que no se ven. Braid es un juego sobre muchas cosas y un juego sobre una.

Vamos a comenzar hablando de lo que sí se ve de Braid.

Y, hablando de ver, lo 1º que salta a la vista es su estilo gráfico. Todos aquellos que podais jugarlo en una pantalla de alta definición, hacedlo. Los preciosistas gráficos hechos a mano conjugan perfectamente con el estilo de juego y con una música perfecta para acompañarnos en todo el viaje.

En Braid, aparentemente, somos un joven que busca a su princesa. Si a esto le sumamos frases como "Lo siento pero la princesa está en otro castillo", plantas carnívoras que salen de tuberías, y goombas-no-goombas tenemos asegurado un pequeño golpe en nuestra glándula de la nostalgia. De hecho, si este juego fuese un plataformas puro y duro estaríamos hablando ciertamente de plagio. Pero Braid no es un plataformas, que también.


El juego basa su jugabilidad en los puzzles espaciotemporales. En cada uno de sus mundos el tiempo fluye de una manera distinta y ello junto con nuestra habilidad para hacer que el tiempo cambie de sentido han de bastarnos para conseguir todas las piezas de puzzle que forman el cuadro de ese mundo.

También cabe resaltar el hecho de que en Braid no te puedes morir, bueno, puedes, pero vuelves atrás en el tiempo y lo arreglas. Esto ayuda a centrarse en el puzzle, a disfrutarlo y a intentar 1000 veces lo que es realmente dificil sin tener que volver a repetir aquel salto sobre el primer enemigo de la pantalla.

En cuanto a la historia ya comentamos que Braid va sobre alguien persiguiendo a su princesa. Esta historia de "amor" la encontramos relatada de manera desordenada en varios libros que hay a la entrada de cada uno de los mundos. Pero ahora hablaremos de lo que Braid no enseña, pero tiene.

Estamos hablando de un juego de amor. Verdadero amor. No amor a una princesa ni amor carnal. Hablo del más puro y absoluto amor por tu obra, por los videojuegos. Con este juego se ha intentado demostrar que el videojuego también puede ser una forma de arte. Y, por lo que a mi respecta, lo consigue.


Cuando acabas Braid descubres que no has estado jugando a lo que pensabas que estabas jugando. Nada iba de lo que parecía, nadie era quien parecía. Todo esto se ve acentuado por la increible última pantalla (para mi seguramente la mejor última fase de la historia del videojuego). Me encantaría contárosla, deciros qué se siente, pero es indescriptible... y ahí radica lo especial, la última fase de Braid te hace sentir algo especial, algo que no habías sentido con ningún juego, ni con las memerías japonesas en las que matan a un personaje que por alguna razón estúpida y emo tu DEBERÍAS amar, ni con las poco atrayentes historias de amor de algunos juegos Yankis, ni con las esquinas llenas de zombis que no ves pero oyes. Quiero decir que puedes sentir algo, lo que sea, pero es algo verdadero y no todo ese rollo enlatado que hemos estado tragando los últimos años.

Y cuando piensas que ya sabes de que va todo, descubres de nuevo que estabas equivocado. Eso es Braid.

Obviamente hay cosas que se podrían mejorar, el juego resulta corto, lo que queda compensado por ser un juego nada repetitivo que siempre te pone ante retos nuevos (encontrar los textos secretos, las estrellas y pasarte la contrareloj son un punto a su favor); también resulta caro, debería haber salido al precio de los demás, unos 800, en lugar de a estos 1200 (pero si me preguntas si pagaría 1500 te lo digo ya: sí).

Y en un arrebato de chulería he dejado para el final lo más importante. Braid es un juego que solo puede ser un juego. Nunca podría ser una película, un libro, una canción o un cuadro, solo puede ser lo que es, un juego, y su historia solo se puede contar en un juego. Todo esto hace que sea un estandarte para la evolución del medio, hace que Braid trascienda.