Hace algún tiempo, unos meses antes de que creáramos vuestro blog favorito, el pozcas, publiqué en mi blog personal una serie de artículos sobre la historia de las consolas y demás máquinas videojueguiles de título “Coleccionando máquinas”. Conviene decir que esos artículos están escritos desde un punto de vista un tanto personal, por lo que en ocasiones se profundizaba poco en temas importantes y en otras sí se hacía con temas más triviales. Lo que a continuación os encontráis es el primero de los artículos, pero revisado y con más información que he ido recabando a lo largo de este tiempo. Aún así seguirá sin estar completo (es imposible tenerlo completo), tendréis que perdonarlo.
Lo retro está de moda… la gente usa gafas de sol que le cubren media cara, las All-Star de Converse vuelven a ser un calzado de lo más común y los DVDs de series del año de la polca se venden como churros. El mundo del videojuego no es ajeno a ello: los emuladores están ahí desde hace ya mucho tiempo, Sony siempre apostó por la retrocompatibilidad en sus consolas (ejem...), Microsoft tiene la plataforma XBox Live Arcade y Nintendo recupera ahora sus clásicos en la Virtual Console de la Wii.
Pero, ¿por qué la gente sigue jugando a los clásicos? Hay que hacer un repasillo por la historia para obtener la respuesta a esa pregunta.
Quedó molona la introducción, ¿eh? Esta serie de artículos que comienza hoy hablará sobre las máquinas de videojuegos y no de los propios juegos. Y a este primer artículo le toca las primeras, las clásicas, las que más me apasionan, pero, paradójicamente, de las que menos controlo. Espero que lo disfrutéis. Ala, al grano…
La historia de los videojuegos se remonta a los años cincuenta, con un juego de tres en raya de 1952 y un juego de tenis, el primero que permitía jugar a dobles, de 1958. Pero el que se le atribuye el comienzo de los juegos en casa es el clásico Pong, de 1972 (aunque algunas fuentes consultadas aseguran que es del 75), de Atari. Sin embargo unos años antes, a finales de los sesenta, un tal Ralph Baer creó un juego para distribuir a través de las compañías de televisión por cable que se controlaba mediante un aparato, hoy reconocido como la primera consola de la historia, llamado Brown Box. Aquello no llegó a materializarse como tal, pero en el año 1972 llegó a un acuerdo con la compañía de televisores Magnavox para lanzarlo, surgiendo la Magnavox Odyssey. Su éxito fue moderado, debido a que se creía que el aparato sólo funcionaba bajo televisores de la marca cuando eso no era cierto.
Una compañía japonesa de naipes, conocida como Nintendo, adquirió los derechos de distribución de la Odyssey en exclusiva en Japón.
El mencionado Pong, basado en aquel juego de tenis de 1958, se lanzó también en el 72 y era un juego a dobles en el que manejas un palo que va de arriba abajo para evitar que un punto se pierda por ese extremo de la pantalla. Se manejaba con un mando con una rueda (el movimiento del palo se hacía girando la rueda).
Posteriormente, y supongo que gracias a la popularidad del Pong, Atari creó la 2600 (1977), una de las primeras máquinas de videojuegos de la historia. Según la wikipedia (¿acaso lo dudábas?) fue la primera consola de cartuchos intercambiables de éxito. Vendió a mares y yo nunca la probé (maldito Ender, tiene una de pega por casa y no la hemos probado todavía)…
Esta máquina se recuerda tanto por sus grandes aciertos como por sus fracasos y las leyendas urbanas. Atari prácticamente muere tras el fracaso de la 5200, víctima de sus propios errores, de la crisis de la industria y de la competencia ligeramente desleal. Creo recordar (no pienso ir a comprobarlo ahora) que en nuestro artículo sobre el juego de ET hay más información al respecto.
También en 1977 Nintendo lanzó la serie Color TV Game. La última de la serie, la Color TV Game Block Kuzushi (1979) se basaba en el Breakout (Arkanoid antes de existir Arkanoid) y fue diseñada por Shigeru Miyamoto.
En 1979 Mattel (sí, el fabricante de los muñecos de He-Man y de las Barbie) lanzó la Intellivision. La consola, que parece ser la primera de la historia de 16 bits, competía duramente con la Atari 2600 en una guerra que, visto hoy en día, ninguno de los dos ganó.
Por otro lado, la gente jugaba con otras cosas. La popularidad de las máquinas LED (hechas con lucecitas), VFD (pantallas de display fluorescente) y LCD (pantalla de cristal líquido) iban en aumento. Eran juegos sencillos y extremadamente adictivos. Yo tuve dos VFD: un Space Invaders y el Defender (conservo tan sólo la última), juegos de esos que gastaban pilas a dolor porque no podías parar de jugar.
Pero eran más famosas las LCD. Muchas, muchísimas, marcas de juguetes se dedicaron a fabricar este tipo de aparatos. Yo tenía un par de ellas (una de fútbol y otra de un elefantito) y recuerdo haber jugado en el recreo del colegio a otras (y eso que fue muchos años más tarde del boom). Gunpei Yokoi, padre de la Game Boy, creó años antes las más populares entre estas máquinas, las Game & Watch de Nintendo (de 1980 a 1991). Entre ellas, las más famosas eran las Multi Screen, las que se abrían como si fueran un libro y tenían dos pantallitas. La que más añoro es la del Donkey Kong (1982) y recuerdo haber jugado también al Mario Bros (1983). Y ya puestos, voy a nombrar otra que con el tiempo también se convirtió en todo un clásico: Zelda (1989).
Hoy en día se siguen fabricando algunas máquinas LCD, pero últimamente sólo encuentro versiones digitales del Sudoku. Y Nintendo, conocedor de la moda retro de la que hablo en el primer párrafo, reeditó hace dos años algunas Game & Watch para los nostálgicos, pero como no son las originales no es lo mismo (es lo que tiene el frikismo).
Cabe destacar tambíen unas Game & Watch en concreto que se llamaban panorama (1983-84). Eran un poco más grandes y tenían un tipo de pantalla distinto, que ofrecía gráficos en color. Recuerdan mucho a las VFD.
Y llegó el PC. IBM lanza el 8086 en 1981 (como siempre digo, gran año). En ese momento no tuvo relevancia en el mundo de los videojuegos, puesto que el boom de los juegos de PC tardaría años en llegar. Pero que conste que yo he llegado a jugar en un 8086 (y en un 286, en un 386, tenía un 486, en un Pentium (incluso aquellos que no sabían sumar y restar), en… bueno, en casi todos).
Y entonces llegó el hombre. Alguno de vosotros se pondrá a repasar nombres de la historia de los videojuegos y quizás no acierte con la persona a la que me estoy refiriendo. Se trata de Clive Sinclair al que, siendo generoso, considero un 80% inventor majareta y un 20% visionario. Se sacó de la manga el ZX Spectrum (1982), un ordenador cutre, con unos gráficos muy por debajo de lo que ya había (8 colores, y además al acercar un objeto de un color a otro de un color distinto, se superponía un color sobre el otro), una calidad sonora bajita…
Sin embargo era también un ordenador barato, cosa que no estaba de moda en aquella época, debido principalmente a que no te venía con una pantalla (se enchufaba a la tele), a que en lugar del teclado típico usaba uno más barato hecho con membrana y las teclas eran de goma, y usaba casettes en lugar de cartuchos (lo que hacía que la máquina fuera altamente pirateable).
Fue todo un éxito, todo el mundo tenía el Spectrum, sobre todo en Europa. Jugar a videojuegos era sinónimo de cinco minutos de carga con rayas de colores y ruidos inconfundibles (era algo así como el ruido que hacían los modems de los años 90, pero más melodioso). Todos recordamos lo exasperantes que eran esos loadings: si las líneas no eran del grosor adecuado o si los ruidos no eran los correctos había que parar la cinta, rebobinarla, ajustar un poco el volumen, probar de nuevo y rezar si eres creyente. Pero cuando todo va bien… una fiesta.
Y qué juegos. Abu Simbel Profanation, Auf Wiedersehen Monty, Manic Miner… una pedazo colección de clásicos. Además, fue la verdadera época dorada del videojuego español, con varias compañías punteras como Dinamic Software (sí, esa que en los años 90 sólo hacía juegos de fútbol), Opera o Topo Soft.
Sir Clive Sinclair (lo de Sir no es coña) tuvo otras geniales ideas como un televisor portátil (me pregunto cómo se verían los juegos de Spectrum en él) y un minicoche eléctrico (usaba un motor de lavadora) de aspecto ridículo que casi lo llevan a la ruina. Hoy en día comercializa la exitosa bicicleta plegable A-bike.
Vale, ya he echado la lagrimita con mi viejo Spectrum. Sigamos.
En 1982 también se lanzó la Colecovision, una máquina de gran éxito que se podía transformar en un PC gracias a un teclado. Con otro periférico se podía hacer compatible con la Atari 2600, cosa que fue denunciada y la marca se hundió en los juicios y en la ya famosa crisis del videojuego de 1984.
Y también en el 82 se lanzó la máquina Vectrex, una consola con pantalla integrada y de gráficos vectoriales. Lo curioso de esta pantalla era que no tenía gráficos a color, por lo que se hizo uso de una tecnología de última generación conocida como overlay. El asunto consistía en simular el color a base de capas de acetatos coloreados... A partir de 1983 la comercializa la marca MB (sí, otra marca de juguetes que se apuntaba al boom de los videojuegos).
Iba a tener una sucesora en forma de portátil, pero se descartó la idea por la dura competencia que representaba la Game Boy.
El Commodore 64 (1983) fue el primer gran éxito en el campo de la informática de la compañía Commodore International. Y si os digo la verdad, no sé apenas nada de ella. Yo era feliz con mi Spectrum y no jugué nunca (y cuando digo nunca es nunca) en esa máquina. Pero si os sirve de algo os suelto un comentario friki: Peter Griffin, protagonista de Padre de Familia, tenía uno.
En plena crisis entró Amstrad con la CPC 464, intentando luchar con el Spectrum y el Commodore 64. Era un ordenador que tuvo un grandísimo éxito de ventas en Europa (las revistas de la época estaban centradas en el Spectrum y en Amstrad... y posteriormente en Amiga). Tuvo continuidad con otros dos aparatos, el CPC 664 (que incluía disquetera de 3,5) y CPC 6128.
Amstrad fue recordado también por haber comprado Sinclair para hacerse cargo del ZX Spectrum, lanzando una serie de evoluciones de dicho aparato (+2, +128, ...).
El MSX (1983) fue otro ordenador popular de la época, fabricado por múltiples compañías. Al igual que el Spectrum (y muchas otras máquinas ya nombradas en este artículo), tenía un procesador z80. Y no tengo mucho más que contar: jamás lo he jugado. En países como Japón era muy popular, de ahí que salieran para él títulos como Castlevania o Metal Gear.
Resulta curioso cómo hoy en día es relativamente fácil encontrar MSX tirados en rastros (aunque a saber si funcionan), al contrario que las otras máquinas de la época. Un día acabaré por comprarme uno...
Commodore lanzó también el Amiga 500 (1987), una versión más barata y popular del Amiga 1000 (1985), que fue otro gran clásico del mundo videojueguil de los ochenta. La primera vez que pude jugar con él fue hace dos años. Un colega tiene uno, y rememorar los clásicos fue todo detalle. Trabajaba con un sistema operativo gráfico manejado con ratón (y aún quedaban años para que eso se normalizase en el PC) y con disquetes de baja densidad (para aquellos demasiado jóvenes: los de alta densidad y los de baja densidad se diferenciaban a grandes rasgos en dos cosas: los primeros eran de 1,44 Mb y tenían un agujero a cada lado, mientras que los otros eran de 750Kb y tenían solo un agujero).
Bueno y esto es todo de momento. Hay otras máquinas de esa misma época y tan famosas como estas que he apartado intencionadamente para el próximo artículo. Y probablemente me condenaréis por haberme dejado otras en el tintero. En primer lugar, no puedo extender más esto, que ya es demasiado largo, y en segundo lugar, no soy Dios, no tengo todo el conocimiento.
Continúa en este artículo.
4 comentarios:
El Amstrad 664 era también de cinta como el 464. Lo único que los diferenciaba era el monitor y capacidad gráfica siendo el primero a color (como el 6128) y el otro en verde.
En cuanto a la capacidad gráfica y monitor no tengo ni idea, pero en cuanto a lo de la disquetera estás equivocado. Mira qué hay a la derecha de este Amstrad CPC 664
moises, te equivocas, yo tengo un 464, en perfecto estado, y sí es en color, lo que pasa es que te lo vendían con monitor de fósforo verde. También te vendían un aparato que te conectaba el ordenador a cualquier televisión, y lo podías ver a todo color.
Al fin, joder.
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