Por lo visto, todo comienza en noviembre cuando un estudiante alemán intentó matar a varios alumnos de secundaria en una escuela y terminó suicidándose. Rápidamente Alemania solicitó que se controlara e ilegarizara la producción de juegos especialmente violentos. Y la UE pedirá a los gobiernos de los países miembros que pongan las medidas necesarias para banear la venta de juegos violentos.
Vale, esperad un momento. ¿Estamos hablando de prohibiciones? ¿Me estáis diciendo que yo no puedo comprar el juego que me dé la gana porque a un niñato alemán se le fue la olla? Y eso sin entrar en las consideraciones que conlleva que sólo lo quieran aplicar a videojuegos (y no a otras cosas como la TV o el cine): está claro que a pesar de ser la mayor industria de entretenimiento sigue sin ser tomada en serio y se le puede putear de todas formas.
Estamos viviendo una era de leyes un pelín radicales: combatimos la necedad de unos pocos con leyes excesivamente estrictas que afectan a una mayoría. En este caso en concreto ¿no sería más lógico regular de una vez por todas las ventas a menores? Yo particularmente me conformo con que se haga un poco de conciencia social evitando cosas como, por ejemplo, que el niño de Aquí no hay quien viva aparezca jugando al GTA en pantalla.
Fuente: VidaExtra.
1 comentarios:
Si ya lo había comentado yo... No bombardeamos Berlín lo suficiente; todavía quedan nazis en el ambiente político del país.
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