Después de que en la última entrega de esta sección comentase un juego excesivamente desconocido, he decidido que en esta ocasión me iba a saltar descaradamente la regla del juego viejo casi desconocido u olvidado. Por eso he decidido hablar de un juego que está en boca de todos gracias a su última secuela, que lleva diez años en desarrollo.
Era el año 1996 cuando 3D Realms lanzó el Duke Nukem 3D, rompiendo la hegemonía de ID Software y su Doom en el terreno de los first person shooter. El juego pasó a la historia por su protagonista chulesco, por las tías ligeras de ropa, por los chutes y por la posibilidad de patear (literalmente) el culo a los aliens.
Pero no era de ese juego del que os quería hablar hoy, si no de uno de sus predecesores, el Duke Nukum (ojo, que no Nukem, aunque todas las referencias que he encontrado a este juego sea con ese nombre). Se trata de un juego del año 91 que de FPS no tenía nada, si no que era un plataformas 2D protagonizado por nuestro chulesco amigo de gafas de sol.
Leyendo el argumento con el que se presenta el juego ya es imposible no echarse unos vicios. En un mundo futurista, el Doctor Proton se hace con el control de la ciudad más grande del planeta y planea hacerse con el resto del mundo, pero en su camino se cruza nuestro héroe (sí, ¡Duke es un héroe!) que decide partirle la cara. Lo que hace especialmente llamativo a este argumento es el hecho de que ese futurista mundo tiene lugar en 1997. ¿Quién les iba a decir a los de Apogee que por el 97 (ni ahora) no íbamos a tener armas nucleares de mano? ¿Quién les iba a decir que no habríamos inventado los robots? (me refiero a lo que la ciencia ficción entiende por robot, no al perrito de Sony)
Dejando de lado eso (al fin y al cabo el argumento es sólo una excusa para meter robots y bichos raros) nos encontramos con un juego de la vieja escuela muy bueno. No tenía algunas de las cosas que hacían al DN3D tan mítico (se echa de menos sobre todo lo de las tías ligeras de ropa). Es de esos juegos en los que a medida que vais pasando pantallas podéis ir haciendo cosas nuevas con objetos que encontráis por los escenarios, como unas botas que os permiten saltar más alto o un gancho que os permite colgaros de ciertos techos. Y el arma también evoluciona, permitiendo disparar más rápido.
Además contiene otros tipos de objetos que se encuentran al abrir cajas (las tienes que abrir a disparos, como lo hacen los hombres) como son refrescos o comida (para recuperar vida) o pelotas de fútbol (americano) y otros objetos que sólo dan puntos. Algunas cajas contienen dinamita que os estalla en la cara o incluso pueden estar vacías, cosa que me frustra bastante. Si abro una caja es para que tenga algo, aunque sea dinamita, pero que tenga algo.
Y también había llaves... ¿qué juego que se precie no tiene llaves?
Plataformas, llavecitas, disparitos... puede parecer fácil, pero no lo es. Hay enemigos que se echan encima antes de que pueda meterles un rayo nuclear por su metálico culo. Y hay fases verdaderamente laberínticas, como la tercera en la que hay varios niveles por los que caminar y vais dando tanto saltito por plataformas todas iguales que al final ya no sabéis dónde estáis ni a dónde tenéis que ir.
El sonido es un poco pesado. Es como el de todo juego de PC de la época, con ruidos estridentes que no se parecen en nada a lo que se supone que representan, pero en este juego cada vez que das un paso, por cada salto que haces o incluso si tocas el techo con la cabeza el ordenador emite un ruido. Y, creedme, acabas con dolor de cabeza.
Y los gráficos... visto ahora podríais decir que no están mal para la época. Es un juego con gráficos EGA, de 16 colores, en una época en la que las VGA, de 256 colores, ya empezaban a triunfar. Aunque tampoco voy a quejarme, que no soy un hardcore de los gráficos.
Sólo me queda comentaros que este juego era en realidad una aventura episódica (de tres capítulos) que imagino que era muy al estilo de la moda que hay hoy en día con el Half Life o el Sam & Max. Argumentalmente parece ser que está enlazado con el nonato Duke Nukem Forever (al parecer, en el DNF Duke iba a enfrentarse de nuevo al Dr. Proton).
Hubo una segunda parte, esta vez sí se llamaba Duke Nukem (el cambio de nombre en esta segunda parte, por lo visto, se debe a algún rollo legal), en la que el rubio era capturado por unos aliens. Esta segunda parte era muy parecida al juego del que hoy os hablo y para mí mucho más mítica. La tercera es una más desconocida si cabe, el ya mencionado Duke Nukem 3D.
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