Esta es una noticia muy seria, por lo que la contaré con igual seriedad.
El 23 de enero un tipo robó en una casa de Wellington, Nueva Zelanda, una Xbox 360. Pero en su acto de fechoría cometió un error: se dejó el cable de alimentación. Como el tío quería jugar a su consola no se le ocurrió otra cosa que llamar al servicio de asistencia técnica de Microsoft y, dando sus datos reales, pidió un cable nuevo. Dos semanas después la policía llamó a la puerta de su casa.
Me encanta cuando no tengo que hacer alguna broma para hacer las noticias más coñeras.
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