Expandiendo horizontes... o intentándolo



Ayer por la tarde empecé a pensar en algo que no sé si es preocupante o motivo de alegría. Es ya habitual que por cada juego rompedor y espectacular que nos cae recibimos su consiguiente expansión (por si quieres más). Por lo general nos alegramos pues, a fin de cuentas, se aplica en el caso de aquellos juegos realmente impactantes y que nos han encantado de verdad, otros en cambio defienden que es una manera fácil de ganar pelas y un puñetazo a la originalidad (esto me lo dijo un jugador de FIFA de PS2, pero eso no viene a cuento, así que olvidémoslo).

Mismamente yo me encuentro ahora jugando a ¡3 expansiones! “Warhammer 40k Dark Crusade”, “F.E.A.R. Extraction Point” y (¡sorpresa!) “World of Warcraft Burning Crusade”. Esto merece que escriba sobre las múltiples expansiones que han caído en mis manos y de paso que se me libre de ser acusado de no aportar nada a este nuestro POZCAS.

Para empezar; vamos a comentar los diferentes tipos de expansiones que (a mi juicio) nos permiten clasificarlas.

1- El tipo “Must Have”.

Con esta descripción me refiero a ese juego tremendamente bueno que tan buenas críticas ha recibido y que, claramente, iba a tener una expansión. De hecho tú sabías que se haría una expansión pasados los primeros 30 minutos de juego.
La expansión sale X tiempo más tarde y tú estás en la cola de la tienda de juegos tentado a triturar a esa persona que se te ha colado y que obtendrá su expansión 30 segundos antes que tú. El caso es que la tienes, llegas a casa, y tras instalarla te encuentras con que, tal como esperabas (deseabas), la expansión te da más de lo mismo, con la incorporación de armas/personajes/niveles/misiones nuevas que te ayudan a revivir los momentos de felicidad propios del juego recién comprado.

Este “Must have” al mismo tiempo significa que si no la compras te has quedado atrás: estás desfasado y eres objetivo de cachondeo, burlas, comparecencias y /lol’s variados en mitad de Orgrimmar (¡qué!, es el mejor ejemplo). Aunque tú no tengas interés en tal expansión media comunidad de jugadores de dicho juego te van a dar la brasa hasta en el baño para que te la compres de una puta vez. Al final, irremediablemente, te harás con ella.

En el caso de no comprarla las secuelas son más terribles en los MMORPG, ya que en estos (generalmente) no hacerte con el nuevo disco supone quedarte atrás de manera inevitable. El mejor ejemplo es la famosa “Burning Crusade”, donde los niveles 70 (esos que hacían cola a medianoche frente a la Fnac de Madrid) echan de sus “guilds” a esos pobres nivel 60 a los cuales ya nadie quiere.
La frustración de haber pasado de ser un ejemplo de imbatibilidad a ser un “lowbie” insignificante convierte al jugador en un lobo solitario que, tras descubrir que ha sacrificado toda su vida social (y su escasa vida sexual) para nada, se dedicará a joderle la vida a todo jugador de menos nivel que él con el que se cruce y que lleve un personaje de esos que sólo con la expansión puedes utilizar.

Expansiones “Must Have” son por ejemplo: “Warcraft 3, The Frozen Throne”, “World of Warcraft; The Burning Crusade”, “Diablo 2 Lord of destruction” y “Comand and Conquer Generals Zero Hour” (Vamos, que Blizzard y cuatro más).

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2- El tipo “Ah pero... ¿Hicieron expansión?”

En este tipo encuadramos una serie de expansiones buenas, malas, simples, complejas, grandes y pequeñas muy variopintas pero con una característica común a todas: ni cristo conoce su existencia. Generalmente van ligadas al factor “Grandes juegos que aquí nadie jugó”.

Siesque… alguna veces la industria es muy cruel: ¿Alguien se acuerda del Trackmanía Sunrise?, poca gente, y eso que su expansión era 100% gratuita. Y que decir de otras realmente alucinantes y echas con esmero de las cuales, en algunos casos, ni el dueño de la tienda donde compras ha oído hablar de ellas siquiera.

No queda mucho más que decir, ejemplos de estas son “Trackmania Sunrise Extreme”, “F.E.A.R.; Extraction point” y “Act of War; High Treason”.

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3- El tipo “Ah pero… ¿Hicieron OTRA expansión?

Alguna compañía tienen claro que la pasta no está en hacer interminables secuelas (ya sabéis de quien hablo) o sacar un título por cada peli mierdera que se pone de moda en las pantallas (también sabéis quien es el mal ¿no?). El dinero está en sacar un juego que guste y al momento poner a tu estudio de programación a trabajar como chinos de taller ilegal para sacar expansiones al ritmo de 2-3 por año, enriqueciendo a la empresa y forzando de paso al comprador del juego a vender su coche y dejar de pagar el gas ciudad.

Vamos, que da igual que tu juego fracase o que directamente sea la mayor MIERDA que jamás haya mancillado los clusters de tu disco duro. El caso es sacar más y mas; y sobre este tema los señores de Ubisoft lo saben bien… ahí tenemos las múltiples expansiones del “Heroes IV” que para poco más valieron que para desesperar a los dependientes de tiendas especializadas acerca de “dónde leches meto toda esta basura?”.

Cuando el juego resulta ser bueno… pues en fin… no deja de ser una tocada de pito. “Guild Wars” es un buen ejemplo. El juego en cuestión es ese más que correcto MMORPG que tanto presume de ser “El juego online sin cuotas más jugado del mundo”. No mienten al decirlo pero… ¿sin cuotas?, ¡te compras una expansión cada 3-4 meses y afirmas que “sin cuotas”!, igual te sale más barato comprarte una PS3 recién salida y pagarla a plazos..

De este tipo tenemos, tal como habéis leído: “Guild Wars y Cia.” Y “Heroes IV y Cia.”

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Por ultimo: nos encontramos con el peor de todos los tipos, aquel que debe ser evitado y que ha sido motivo de lágrimas y lamentos tanto para las compañías como para los jugadores que pagaron dinero por semejantes abominaciones.

4- El tipo “Pero quien tuvo la maravillosa idea??” a.k.a. “Tu dinero por la cara”.

No, no estamos hablando de la SGAE, ciñámonos al tema:

Este tipo de expansiones son las que nos encontramos en la estantería de la tienda de juegos después de una campaña publicitaria de mediana a grande. La cosa promete novedades y más horas de diversión así que nos hacemos con ella y corremos a casa ignorando semáforos y todo cuanto nos rodea… entonces nos topamos con la cruel realidad.

Dichas expansiones te proporcionan una campaña nueva, coloretes nuevos en los menús, menos espacio en tu estantería y la sensación real de que has sido timado.
Afortunadamente son pocas las que entran en dicha lista, por lo que pasaré a comentarlas una a una:

The Elder Scrolls IV; Knight of the Nine: Tras haber creado uno de los mejores RPG de todos los tiempos sus creadores sacan a la venta “Knights of the nine”. ¿Qué puede haber de malo en la expansión de tan magnifica obra de arte? Pues para las compañías nada, pues estamos ante el negocio del siglo para toda empresa de entretenimiento electrónico.

El procedimiento es el siguiente: sacamos el juego al mercado siendo este el bombazo del año. Ponemos a disponibilidad de los “moders” todas las herramientas que necesiten y más. A los pocos meses ya tenemos pululando por la red mil y una chorraditas para meterle al juego; misiones, NPC’s, ropitas para hacer de nuestro guerrero/mago una drag queen, un “nudepatch”, setenta “goremods” y nuevas razas que tanto trabajo y dedicación has supuesto para sus creadores (por supuesto, sin cobrar un centimo, todo por amor al arte digital).
¿Qué hacemos ahora? Pues en cuatro tardes bajamos los más molones de la red, los metemos en un Verbatim, lo mandamos a duplicación y luego mandamos una nota de prensa a Gamespot para que haga correr la noticia. Reciclamos la portada del Juego original y lo vendemos como si fuera una expansión. Pero sin menús ni leches; sino como varios ficheros ejecutables en plan parche de actualización (en este caso solo 6).
Varios millones a nuestras cuentas bancarias a costa del trabajo de otros y sin pagarles un cuarto (¡que no OSTIA!, que no hablo de la SGAE). Antes de que nadie proteste la compañía anuncia la programación de una expansión “Ahora sí, tontines, ¿cuándo dijimos que lo anterior fuera una expansión?”.

“Heroes of Might and Magic III”:

Primero va el juego, luego una expansión, luego otra, luego otra más. Te dejas alrededor de 80€ de los que duelen, para un par de años más tarde ir a una tienda y encontrarte “Heroes of Might and Magic III COMPLETE” a 20€ ocupando 1 SIMPLE CD. Es decir, que todo cabía EN UN PUTO DISCO. A eso le llamo yo profesionalidad y cariño (por la pasta) y ganas de no trabajar. Ya puestos a ganar pasta… ¿por qué no minimizar gastos? Podrían sacar las siguientes expansiones en diskettes de los de antes para dar ese adorable toque retro ^^ (vamos, solo una idea; últimamente todo se me antoja factible).

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En fin, que creo que con eso ya he dicho suficiente. No me voy a prolongar pues las expansiones son algo inevitable; seguirán ahí mientras el mercado dure y bueno… yo no protesto mientras se hagan bien. Por otro lado mando una plegaria a los espíritus elementales de Azeroth para que las compañías se detengan un par de minutillos a pensar si el juego que pretenden expandir de verdad lo merece. No provoquemos otro “Postal 2 Apokalipse weekend”

Nos vemos gente…

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